lunes, 22 de diciembre de 2008

jueves, 18 de diciembre de 2008

El Jueves

Las mañanas de los jueves se despiertan en Sevilla con jaleo de mercadillo. Me encanta perderme en “el Jueves”. Bien colocadas en sus mantas y tenderetes podemos encontrar cualquier cosa. Antigüedades de las de verdad y de aquellas otras a las que hay que poner un poco de imaginación. Antiguayas que van desde el muñeco Risi hasta un disco de José Luís Perales. Afanados enseres de los amigos de lo ajeno. Libros. Libretas. Libretillas. Todo ello aliñado con lagrimitas de lámparas lagrimosas, pomos de puerta, tiradores de armarios viejos, móviles antidiluvianos, tornillos, tuercas, trajes de gitana venidos a menos, juegos de café algo descascarillado y un largo, largo etc. En el Jueves se dan la mano viejas y nuevas generaciones, tradición y modernidad. Diferencias que se igualan comulgando, al sol del mediodía, con unas "servesitas" y unas “asitunas” en “El Vizcaino”.


El hallazgo de hoy. Para sentirse y sentarse como una reina

martes, 16 de diciembre de 2008

5 pasos y zancada



Hay otras dimensiones, otras realidades, en este nuestro mundo. Cohabitan, aunque no siempre en armonía. Él daba cinco pasos y luego una zancada y, tras ella, otros cinco pasos y zancada. De tanto en tanto, se paraba y se miraba las manos como si leyese. A veces fruncía el ceño con disgusto, otras sonreía, le gustaba lo que veía. Cinco pasos y zancada. La misma cadencia siempre, como quien lleva un plan preestablecido. Un fin concreto. Los cinco pasos y la zancada, y su lectura de manos. Cuando llegó su autobús subió y se sentó en la misma realidad que los demás.

Siempre me han fascinado aquellos a quien llamamos locos, aéreas mentes, habitantes de quien sabe que realidad fronteriza. Me fascinan, porque en ellos intuyo otros mundos a los que mi mente tiene vetada la entrada. Ellos, a los que llamamos locos, tienen percepciones ajenas a nosotros, tan tangibles y reales como los muros para nosotros. Lo veo, está en sus ojos. Lo están viendo. Lo viven ¿Quién dice que está realidad pactada es más real que la que ellos viven?


miércoles, 10 de diciembre de 2008

No soy como tu


Yo no soy como tú.

Si vuelo lento es porque me gusta disfrutar del aire.

Si cierro los ojos es para observar sin interferencias.

Si te enseño los dientes es porque me apetece sonreír.

Si no acepto tu pan es porque hiere mis encías.

Si me arrellano en la acera, descuidada y contenta,

es sólo porque me gusta el sol y le hago reverencias

en cualquier sitio que me encuentre.


martes, 9 de diciembre de 2008

La voz de Lhasa en "La marée haute"

Recuerdo vivamente la primera vez que oí esta canción. Un amigo me había pasado el disco de Lhasa de Sela,“The living road”, con la siguiente consigna: “No lo oigas ahora. Busca tu momento”. Era una noche de tormenta, oscura, negra, muy negra, sólo desafiada por los destellos de los relámpagos y, quizás, por algún amante clandestino. Una noche ideal para acurrucarse calentita en la cama y leer, oír la radio o no hacer nada. Fuera rugían los truenos y la lluvia tocaba melodías en los cristales (alegre ma non troppo). Yo me sentía a salvo en mi refugio de sabanas y edredones. Me pareció un momento perfecto. Me puse los auriculares. Apague la luz y le di al play. La voz de Lhasa en “La marée haute” me golpeo las entrañas. Me quedé casi sin aliento. Un calambre me recorrió por entero. La piel erizada. La mente noqueada. De pronto no era yo. De repente ya no estaba allí. Me quedé en mitad de un vacío extraño, cálido pero desconcertante. Me sentí febril y algo mareada. Desorientada. Inmovilizada. Después de aquello, tomé la precaución de no volver a escucharla nunca jamás en la más absoluta oscuridad. Y, a pesar de esto, y pesar de haberla escuchado hasta la saciedad, aún me acelera la sangre si me pilla de improviso desprovista de mi parapeto sentimental.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Locos

A la loca carrera de los sueños sólo pueden unirse las locas ideas de los locos. Yo me quedé sentada en un rincón mientras otros discutían sobre mi porvenir. Me quedé un buen rato observándolos tranquilamente. Sus labios subían y bajaban dibujando palabras. Sus manos volaban aseverando razones. Gestos y voces. Y más voces y otros gestos. Baile de bocas y de manos. Cuando me canse de mirarles me levanté y me fui. Nadie lo notó. Creo que aún discuten. Creo que olvidaron el por qué.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Feliz

Hay días felices porque sí. Un día, como cualquier otro día, te levantas y el día te sonríe sólo porque tiene ganas de sonreír. Hay sonrisas en cada esquina: saludos sonrientes al cruzar la calle, amables sonrisas que ceden asientos, risas de niños traviesos invitándote a jugar, miradas que ríen cómplices… Hay días felices, tan sólo, porque el día se despertó feliz.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Desierto de palabras

Días desiertos. Sequía de palabras que no de pensamientos, todo lo contrario, más bien han sido días de sunami, anegada he estado de sentimientos intensos e incontrolables, inabarcables, desbordados y arrasadores. Tras la tormenta, la calma y las palabras.