martes, 28 de octubre de 2008

El Tiempo... el tempo

El tiempo es un concepto lleno de paradojas ¡Parece tan tangible! ¡Tan real! ¡Tan incuestionablemente cierto! Tic tac, tic tac, tic tac… Los relojes marcan impasibles los segundos, los minutos, las horas, siempre con idéntico paso monótono. Pero, ¿es tan cierta esa verdad, tan absoluta? Cuantas veces hemos sentido que una hora se hacía eterna o bien al contrario que los minutos pasaban volando.
El tiempo interactúa con nuestras sensaciones, con nuestros estados de ánimo, con nuestros deseos y anhelos, incluso con el clima. Por eso, si me alejo de la maquinaria acompasada y exacta del reloj, me gusta llamarlo tempo, porque incluye un matiz de ritmo, de musicalidad, de dejarse guiar más por los sentidos y menos por lo aprendido. A veces, si me concentro, puedo sentir sus escalas, sus acordes, como suben y bajan las notas, los agudos, los graves, como se conforma la melodía que dirige los pasos de nuestra vida.

No hay comentarios: