jueves, 16 de octubre de 2008

QUISE DECIRTE

Quise decirte que, aquella mañana, el sol había nacido para ti. Pero dormías y cuando despertaste estaba tan alto, que me olvidé. Demasiada luz para el romanticismo. Demasiada para susurros de amor. Si te hubiese dicho: “el sol brilló hoy para ti”, hubiese sonado como el eco de un manoseado halago dicho y redicho, así que, no dije nada. No hubo palabras, pero fue cierto, el amanecer se paseo por tu cara como si fuese la primera mañana del mundo.

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